martes, 20 de marzo de 2012

El arte de aprender a relajarse



  
            El ser humano ha olvidado el arte de la relajación que, sin embargo, instintivamente dominan los animales, de manera especial los felinos. Los animales son capaces de permanecer durante horas en un estado de profunda relajación que mantiene su cuerpo completamente fláccido. Ellos dominan por instinto un arte que nosotros ignoramos.
            La relajación no es sólo una actitud física, sino primordialmente mental y emocional. Si hay tensión en la mente, ésta se filtra al cuerpo y crispa el sistema nervioso y los músculos.
            Las emociones negativas descontrolan el cuerpo. Actúan incluso perniciosmente sobre los órganos internos, las sustancias de la sangre, el sistema respiratorio. Originan, sin duda, trastornos  psicosomáticos de todo tipo. Tales emociones (odio, ira, envidia y otras), descontrolan las energías, alteran el sistema nervioso, provocan contradicciones internas. No sólo se pierde la armonía interior, sino que el prana (energía vital) se consume innecesariamente. Las emociones negativas generan malestar general (psicastenia, stress, etc). A veces el cuerpo no tiene tiempo suficiente de recuperarse, puesto que por la noche la tensión y la conflictividad continúan en el subconsciente y se manifiestan en los sueños. Poco a poco el individuo se extenúa y aparece la excitabilidad, la desarmonía, la carencia de vitalidad.
            A poco que observamos el cuerpo de una persona comprobamos que se mueve y gesticula constantemente y de una manera descontrolada y crispada. Está desperdiciando su energía y contrayendo sus diferentes grupos musculares.
            Si observamos la mente, comprobamos que se mueve mucho más que el cuerpo. Es un carrusel imparable y destila toda clase de obsesiones, fobias, preocupaciones. Es necesario vigilar la mente y aprender a controlarla mediante un acto de consciencia y voluntad.
            Trata de entrenarse en la relajación a  lo largo de toda la jornada. Respire más rítmicamente. Vigile su cuerpo, libere la mente. Paulatinamente la relajación se nos impone y se convierte en un hábito y así incluso durante la acción, las partes del cuerpo que no intervengan en ella podrán estar relajadas.

Colección fascículos YOGA (Ramiro Calle)



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