jueves, 27 de septiembre de 2007

Algunas notas importantes

CORRELACIÓN ENTRE LA ACTITUD CORPORAL Y LOS ESTADOS MENTALES
Cada postura del cuerpo induce y determina una disposición mental y viceversa.
En cada estado de ánimo tendemos a adoptar determinadas posturas, a verificar gesticulaciones con las manos, con los brazos, la cabeza, las piernas, o basculando el cuerpo hacia delante o hacia atrás, etc. Es un hecho comprobado que el estudio de las manos y los dedos nos descubren facetas y motivaciones del carácter de las personas.
Quién no se ha dado cuenta de que cuando está nervioso, alarmado o tiene miedo tiende a juntar las piernas o entrelazar los pies: indica que uno trata instintivamente de reforzar sus energías; como ocurre en el plano físico cuando tenemos frío, que nos apretamos y encogemos, reduciendo y exponiendo al exterior el mínimo de superficie corporal para aprovechar el calor interno. Justamente lo contrario que cuando nos sentimos optimistas y eufóricos, o sentimos calor.
Y lo mismo sucede con los estados afectivos, inducidos por determinadas posturas y actitudes corporales, pasa con respecto a la energía disponible en el cuerpo. Cuando uno se aísla, junta los pies y cruza las manos, experimenta, como el Yoga enseña, que se cierra efectivamente un circuito de energía: disminuye nuestra sintonía con el exterior. De ahí que esta postura favorezca la toma de contacto con los procesos interiores. Una de las posturas del Hatha Yoga es, por ejemplo, la del loto o “Padmasana”. Practicándola se siente enseguida tendencia la tranquilización interior. Es la postura típica de Oriente que observamos en Buda y que favorece la concentración y la meditación.

HATHA-YOGA (Antonio Blay. Ed. Cedel)